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Mostrando las entradas de agosto, 2021

San Oscar Arnulfo Romero y los Derechos Humanos

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 Por Valmore Muñoz Arteaga En América Latina ha habido una serie de obispos que se han distinguido por su opción por los pobres y su denuncia de la injusticia. Recuerdo unos cuantos: Helder Cámara y Pere Casaldáliga, en Brasil; Leónidas Proaño, en Ecuador; don Sergio Méndez Arceo, en Chiapas; y los obispos que han muerto asesinados, como Enrique Angelelli, en Argentina; Juan Gerardi, en Guatemala; Joaquín Ramos, en El Salvador, y Gerardo Valencia, en Colombia. Sin embargo, Mons. Oscar Romero h a sido el más significativo, no sólo por ser el único asesinado en medio de una Eucaristía, sino por el profundo proceso de conversión que vivió antes de transformarse en ese precursor en la lucha por los derechos humanos en nuestras tierras. Durante mucho tiempo, su oficina en el Arzobispado de San Salvador acudió mucha gente para mostrar a Mons. Romero las diferentes violaciones de los derechos humanos que sufrían. Monseñor los escuchaba con paciencia y acompañamiento evangélico lo que lo llevó

En el Taller del Orfebre

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 Por Valmore Muñoz Arteaga Qué contemplo cuando contemplo tus ojos en silencio. Qué contemplo detrás de tu mirada cuando ésta se abre al mundo como una larga herida. Contemplo un recuerdo que me besa la mente. Recuerdo aquella noche en que sobre nosotros bajó una nube espesa e hizo que nuestros cuerpos echaran humo debido a un amor que, como fuego que no quema, comenzó a navegar por nuestras venas. Temblábamos violentamente al ver juntos cómo el humo que íbamos siendo ascendía como de un horno. Fui hombre y saquito de mirra. Fuiste mujer y tus ojos palomas que emprendieron su vuelo sobre la verde hierba que era nuestro lecho. Fuiste rosa entre los espinos. Fui manzano entre los árboles del bosque. Fuimos los mismos siendo otros dentro del Taller del Orfebre. Qué hermosas líneas nos ha dedicado Karol Wojtyla en su pequeña obra llamada El Taller del Orfebre, escrita bajo el seudónimo Andrzej Jawien en 1960 para la revista Znack. Un libro que recoge sus meditaciones sobre el sacramento de

La persona y la lógica del amor

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 Por Valmore Muñoz Arteaga En el acto II, escena II de su Hamlet , Shakespeare, nos muestra al hombre en su gloria y en su miseria: “¡Qué obra maestra es el hombre! ¡Cuán noble por su razón! ¡Cuán infinito en sus facultades! En su forma y movimiento, ¡cuán expresivo y maravilloso! En sus acciones, ¡qué parecido a un ángel! En su inteligencia, ¡qué semejante a un dios! ¡La maravilla del mundo! ¡El arquetipo de los seres! Y, sin embargo, ¿qué es para mí esa quintaesencia del polvo?” Algo similar nos ofrece en sus Pensamientos Blaise Pascal cuando, al preguntarse acerca de qué es exactamente el hombre termina por señalarlo como una quimera, como novedad monstruosa, como caos, sujeto de contradicciones. El hombre es juez de todas las cosas, pero, al mismo tiempo, es miserable gusano de tierra. Depositario de la verdad, así como cloaca de incertidumbres y errores. Gloria y negación del universo. La explicación sobre el hombre, al igual que el amor, de cuya imagen brotó al inicio de los tiem